La cosecha de 1989 está llena de sorpresas. El clima cálido permitió obtener unos vinos suaves, llenos y redondos, que redescubrimos hoy rebosantes de juventud audaz y una inesperada frescura. La estructura proporcionada por el Pinot Noir, repleta de sabor e inmediatez, ofrece un paladar potente de presencia notable y un final persistente.
Capa: Dorado intenso. En la copa, la efervescencia es fina y persistente.
Aromas: Fruta madura, frutos secos y especias exóticas, Notas discretas de azafrán, badiana, sándalo y aguardiente