En la historia de Champagne, los vinos que se sometían al assemblage para obtener un mayor dulzor se describían habitualmente como "rich". De hecho, las botellas de Veuve Clicquot de 1840 encontradas recientemente en las islas Aland tienen más de 150 gramos de azúcar por litro. En Rusia, tradicionalmente, los consumidores añadían azúcar a su champagne para dar un toque personal a sus vinos.